Así llegué hasta aquí

Mi formación en danza y el comienzo de un viaje

Tuve la oportunidad de aprender inglés desde pequeña, lo que me permitió estudiar la carrera de danza pasando por Texas, Oklahoma y Nuevo México. Entre las asignaturas que más me impresionaron, estaban la de Antropología Cultural y la de Economía (sí, todo eso estudié en mi carrera de danza), que creo que sembraron la semilla en mi posterior interés en el desarrollo sostenible. Me gradué de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque, y ese diploma universitario en danza iba a ser la clave para lo que pasó después.

En la carrera de la danza entré en contacto con diferentes culturas del mundo, con sus creencias, con sus maneras de entender el cuerpo, el espacio, el ritmo, el tiempo. Una de esas expresiones artísticas me cautivó hasta hacerme dar el salto a Madrid, España, en donde ya llevo más vida que en cualquier otro país.

En Madrid mi carrera de danza no floreció como esperaba (pasa cuando eres joven) y me empecé a interesar en la interpretación de conferencias. La danza me dejó una manera de aprender ritmos, patrones y sonidos, así que tras dedicarme unos años a aprender francés, entré al Máster de Interpretación de Conferencias en la Universidad de La Laguna. Allí, volvió a despertarse mi interés por la falta de equilibrio entre nuestros sistemas económicos y la preservación de nuestros recursos naturales, descubrí los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprendí sobre el funcionamiento de los grandes organismos multilaterales, sobre derechos humanos y sobre justicia ambiental.

De la interpretación de conferencias al desarrollo sostenible

Ese tipo de experiencias me han acompañado a lo largo de mi trayectoria como intérprete, por ello, empecé a sentir que me hacía falta conocer a un nivel más profundo el desarrollo sostenible, los ODS y los temas de agua y Economía Circular. Al mismo tiempo, la bailarina que llevo en la raíz empezó a hacer ruido y a pedir una implicación más directa en la que yo pudiera influir en decisiones, participar en proyectos y ser un agente del cambio.

Por qué la sostenibilidad es mi motor personal

Un verano que visitaba a mi familia en México y ya siendo madre de mi propia “generación futura” me marcó llegar a casa, abrir la llave del grifo y ver que no salía ni una gota. Así fue durante todo el día y no hubo agua hasta la mañana siguiente, pero solo durante unas horas. Al mismo tiempo, en las calles se amontonaban las bolsas de basura porque pasaban días y días sin que vinieran los camiones recolectores. Cuando por fin llegaron nos dijeron que “ya no había espacio” en los vertederos del Estado de México porque ahora la CDMX también vertía allí su basura, y tampoco había nada que hacer más que esperar. Dos años después, los problemas de basura, y sobre todo, los cortes de agua y las restricciones en el bombeo se han convertido en la nueva normalidad. Sentir que no hay agua y que “no podemos hacer nada” fue el suceso catalizador que me hizo dar el paso. Necesitaba saber más sobre la gestión de nuestros recursos para saber si de verdad no había nada que pudiéramos hacer.

Un paso hacia el futuro: Certificación en sostenibilidad del MIT

Fue así como en verano de 2022 empecé a estudiar Certificado Profesional en Sostenibilidad del MIT. Los cinco cursos de mi certificado eran:

  1. Sostenibilidad: Estrategias y Oportunidades para la Industria

  2. Sistemas de Infraestructura Sostenible: Planificación, Análisis y Desarrollo

  3. Análisis de Ciclo de Vida: Impacto Ambiental

  4. Economía Circular: Transición hacia la Sostenibilidad del Futuro

  5. Mujeres en Liderazgo: Sé un Agente del Cambio

Durante esos doce intensos meses de estudios pude conocer más de cerca y con bases científicas temas como los límites planetarios, la economía circular, las soluciones basadas en la naturaleza y el liderazgo transformador femenino. Además de terminar el certificado, junto con un maravilloso equipo de mujeres profesionales de América Latina, recibí el premio Fire Hydrant Award del MIT por desarrollar un proyecto en línea con los valores de esta institución. Ir a Boston a recoger esos diplomas y a conocer en persona a mis compañeras fue, sin duda, la experiencia más emocionante e inspiradora desde que oyera hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por primera vez.

Todo ese aprendizaje me transformó y no quiero quedármelo yo sola, porque creo que compartir el conocimiento nos enriquece a todas las personas que participamos en el proceso. Por eso estás leyendo estas palabras, y las estás leyendo en español.

Mi experiencia en las conferencias internacionales me inspiró a compartir estas historias que leerás aquí en esta lengua, la lengua materna de casi 500 millones hablantes, centrada además en una región llena de oportunidades para hacer de este un mundo más amable, resiliente y habitable.

Te invito a que me acompañes en las historias que contaré o a que me escribas.

«Hay algo infinitamente curativo en los repetidos estribillos de la naturaleza: la certeza de que el amanecer viene después de la noche y la primavera después del invierno»

Rachel Carson, autora de Primavera silenciosa.

Soy Aline Casanova Ochoa, nací en el Estado de México donde crecí a caballo entre el mundo rural, el urbano. Desde niña me fascinaban las Ciencias Naturales y la danza. Pero cuando llegó la hora de elegir carrera, opté por la segunda. Siempre estuve rodeada de ritmos, y estribillos y desde muy joven tomé conciencia de la relación que existe entre el cuerpo, el espacio, el medioambiente y la expresión cultural de la danza y la música.

La armonía y equilibrio fueron conceptos centrales en mi educación, y también lo que pasaba ante su ausencia.